miércoles, 26 de enero de 2011

Las dos caras de una guerra:


Siempre vemos la primera cara en una guerra; la de los combatientes, pero nos olvidamos, sin embargo, de todas aquellas personas que viven tras esa línea de fuego, las personas que nada tienen que ver y nada quieren ver. Los ciudadanos. Porque son ellos los que de verdad sufren las decisiones de unos pocos. Y como no, acusamos a los demás de nuestras desgracias y sin embargo todos tenemos algo de culpa. Culpa de juzgar a una persona por llevar un turbante. Miedo por creer que los extranjeros, por el simple hecho de ser extranjeros solo buscan hacernos daño.

Todo fanatismo es igual de negativo y me da tanto miedo un fanático religioso con turbante que hace estallar unos trenes que un fanático con traje y corbata que pincha tus teléfonos, encarcela si puedes comprometerle a una persona y te vigila privándote de tu libertad. Pero como seres simples que somos, la vida la vemos igual de simple. Detrás de todos estos fanáticos están los verdaderos héroes. Personas con turbante que se tienen que levantar todas las mañanas y soportar las miradas de ciudadanos ciegos que ven en todo extranjero el demonio personificado.
Personas con los ojos achinados que deben convivir con otros tantos que creen que por culpa de ellos todos van a perder sus negocios. Personas de un continente hastiado que vienen por una vida mejor y que soportan las miradas de ciudadanos que ven las personas que les quitan el trabajo.

Y sin embargo nosotros somos los que provocamos guerras a nuestro favor, los que explotamos un país para enriquecernos y dejamos en la pobreza a sus ciudadanos. Pero somos demasiado simples para ver eso.

Si estamos en la crisis porque los bancos daban créditos sin verificar que se pudieran pagar, es por culpa de los extranjeros. Si no estudias y tu preparación no es la adecuada y estas en paro, es por culpa de los extranjeros. Si alguien muere, seguro que fue ese extranjero. Y si alguien roba, alguien vio a un extranjero, seguro que fue el. Estamos solo a un paso de afirmar que los atascos son por culpa de los extranjeros.

En las guerras no solo están los malos y los buenos. El enemigo o el aliado. En las guerras están los ciudadanos que intentan seguir adelante con sus vidas. Pero son el enemigo. En las guerras hay personas que huyen de sus países porque se sienten contrarios a las ideas de su gobierno. Pero son el enemigo. En las guerras los ciudadanos mueren de hambruna y son capaces de sacrificar sus vidas por las de sus compatriotas. Pero vemos a un soldado y lo llamamos valiente por disparar un arma.

En las guerras hay un núcleo; la ciudad y la de ciudadanos. Personas que lo que quieren es levantarse un día más. Lleven turbantes, kimonos, traje y corbata deben ser juzgados y tratados por igual. Sea extranjero o nativo deben tener los mismo derechos. No hablo de prejuicios, hablo de ética. No hablo de lo que es correcto hacer, es lo que debemos hacer.

No hablo de los soldados que matan…


Hablo de los ciudadanos que quieren vivir.


Por J.T.R.

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